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Asistí  a una reunión nuevamente de A A. por invitación debido a mi investigación al Grupo  ubicado en Fraccionamiento. Soler  de 8:00 pm a 9:30 pm, era una reunión programada donde una persona alcohólica anónima con treinta años de estar en el programa, compartió su experiencia a 25 personas que se reunieron esa noche El tema se llamó “Horror y Miseria del Alcoholismo”, una mujer bien conservada, subió a la tribuna y agradeció la invitación a los presentes e inicio a narrar su experiencia, hola buena noches soy alcohólica hace 30 años  un 20 de Marzo de 1988 como si se hubiera encendido una luz  en mi cerebro pude ver y pensar con claridad. Estaba yo en el lecho de una habitación extraña, me acompañaba mis hijos ambos dormidos en la otra cama gemela. Me levante, me acerque  a  la ventana y recogí las cortinas, la deslumbrante luz del sol me hirió a los ojos, luego vi mi automóvil estaba manchado de lodo y tenía aplastado  todo el lado derecho  advertí que estaba en un hotel,  no tenía ni la menor idea de cuando habíamos salido de casa ,ni  de lo poco que falto para que me matara con mis hijos ( niño y niña ) gemelos  de 8 años de edad,  todo por mi  imprudencia, había  conducido el auto en estado  de ebriedad, relate por escrito  esta confesión , tal como me la repito  a mí misma cada día :”Soy una alcohólica“. Aunque ahora  este rehabilitada pero para poder  afirmar  que estoy curada tuve que vivir un infierno durante 13 años .Narre mi pesadilla de esos años  y como por fin, termino  para siempre. Al menos  así espero y que nunca podre estar segura de haberme enmendado ,cada mañana hago una oración y expreso mi ferviente mi deseo de no caer nuevamente al abismo, y al final de cada día rezo otra vez para dar gracias por haberme perseverado hasta hora  en mi propósito de enmienda así lo hago  y lo haré durante el resto de mi vida  tengo ya 52 años de edad. El peor episodio  de mi historia de alcohólica comenzó aquel 10 de Marzo de 1988, cuando desperté en un hotel a 400 kilómetros de mi hogar lo que ocurrió inmediatamente antes de eso sigue siendo una laguna mental . Había hecho aquel largo recorrido e mi automóvil con el propósito de llevar a hijos a un concierto de rock que habían anunciado mucho. Probablemente quería compensarlos  de los malos ratos  que les había hecho pasar en los últimos tiempos, las contraseñas de los boletos  de entrada que encontré en mi cartera me lo confirmaron. En esa época mi esposo el viajando de comercio, andaba  recorriendo  su zona de trabajo, él sabía que me gustaba beber ignoraba  hasta qué extremo había llegado (Los alcohólicos son increíblemente astutos  para ocultar su afición ). En aquel  tiempo ingería yo un poco más de medio litro de alcohol al día, Ya había tenido ciertas lagunas mentales frecuentes en los bebedores, aunque  su duración no había pasado de unas horas. Pero entonces como advertí la fecha del diario, se habían borrado  de la memoria 2 días completos. Observe el lastimoso aspecto de mi automóvil  y no pude menos que estremecerme vestí a mis hijos  y logre regresar a casa , no sin antes de dar grandes sorbos a la botella  que llevaba conmigo, una vez en mi hogar me eche en el lecho y no desperté hasta las 10:00 de la mañana siguiente. Los niños, tras de levantarse y arreglarse se fueron a la escuela. Dos días después estaba yo en el consultorio de la psiquiatra ya había consultado a ese mismos especialista en dos ocasiones buscando en vano que me curara. Aquella tercera vez, desecha en lágrimas prometí fervientemente  al médico y a mí misma que dejaría de embriagarme y cumplir mi palabra.  Bien sabía que el primer paso sería “desintoxicarme” como ya lo había intentado inútilmente, sabía que sería una prueba dolorosa. El médico me rogó que no lo hiciera sola, que una abstinencia total tendría que ser con vigilancia médica, (El  alcohol obra  como sedante del sistema nervioso central, y cuando se apartó súbitamente del enfermo hay una hiperactividad nerviosa que causa violentos síntomas de privación), puedo sola seguir el tratamiento en casa, respondí obvio solo buscaba engañarme a mí misma (lo cual sabía muy bien el médico, pues tal actitud en común entre los alcohólicos), si no que víctima de otra, ilusión delirante típica del dipsómano él sabe más y mucho más listo que todos los que tratan de ayudarlo. Pedí a mi hermana que me acompañara la encontré al llegar a casa y se lo agradecí mucho la primera parte los temblores, ya había comenzado, me temblaban las manos intensamente que me ayudo a desvestirme. Me metí a la cama y no tarde en ser presa de las convulsiones en todo el cuerpo, una hora después sentí  hormigueos en mis músculos como si me los desgarraran, tuve varios vómitos, terribles nauseas toda la noche y parte del día. La segunda noche sufrí un ataque convulsivo de un par de minutos, fue espantoso me dijo mi hermana importe y a la vez muda testigo de lo que estaba pasando lo peor que mis hijos despertaron con el alboroto y lo vieron todo al entran a mi recamara. Por fin me quede dormida, pero al despertar al día siguiente con los huesos adoloridos y los músculos tensos sentí que había llegado al límite de mi resistencia ¿Por qué he de soportar esto? Grite  me  levante corrí al baño donde escondía  una botella en el cesto de la ropa me serví medio vaso y lo aguarde, varios días después le conté al psiquiatra lo que me había ocurrido y hecha un mar de lágrimas le prometí volver a intentarlo. Hubo todavía otras 3 entrevistas después prometiéndole lo mismo la última vez, el médico me miró fijamente a los ojos y me dijo “No le creo una sola palabra de lo que me dijo usted, no quiere dejar de bebe para que sigue gastando su dinero y mi tiempo en estas consultas".

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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